En los últimos años, los animales de compañía como perros y gatos comenzaron a cambiar su rol en la dinámica familiar, ya que dejaron de ser vistos como un objeto o una pertenencia y empezaron a ser tratados como un integrante más dentro de las familias. Dicho esto, el papel que ocupan ahora en nuestras vidas y en nuestras familias va mucho más allá de disfrutar su compañía, actualmente la tendencia de las mascotas ha llegado tan lejos que desafortunadamente y de alguna manera se están “humanizando” generando polémica por los riesgos potenciales que estas circunstancias le provoca a los animales.
Y es que el hecho de otorgarles a nuestros animales de compañía características humanas está provocando riesgos potenciales en su bienestar y en muchos casos, llegando incluso a sobrepasar el límite hacia el maltrato animal, es decir, el hecho de atribuirle emociones, actitudes y costumbres del ser humano inhibe la expresión natural de sus conductas produciendo graves consecuencias en su desarrollo mental y emocional, por ejemplo normalizar situaciones como disfrazarlos, festejarles el cumpleaños como si fueran un niño pequeño, vestirlos a diario aunque las condiciones climáticas no lo ameriten, pasearlos en cochecitos, prohibirles ensuciarse o revolcarse en el pasto, limitar olfatearse con otros animales, evitar jugar o interactuar con otros, incluso prohibirles pisar el césped, ponerles botas y zapatos para evitar que se ensucien, son graves desviaciones en sus conductas y además son limitaciones de su expresión natural como seres vivos.
Si a esto le sumamos imponerles ciertos hábitos como no ejercitarse o alimentar al animal estrictamente con dietas netamente vegetales, desconociendo sus necesidades; pues los gatos, por ejemplo, son carnívoros estrictos, por lo cual necesitan obligatoriamente dietas con proteínas de origen animal balanceadas para su salud física, así mismo los perros son omnívoros, y requieren comer carne y vegetales.
Otro hecho para añadir y bastante común; es sobreprotegerlos y condicionarlos como nuestros pequeños bebés humanos; lo cual es sumamente perjudicial para los animales, pues si un perro está todo el tiempo con su tutor se crea apego excesivo, y en su ausencia el animal puede sufrir ansiedad por separación, provocándole ataques graves de pánico o comportamientos destructivos. Del mismo modo, tratarlos como bebés puede provocar frustración constante en el animal, llevándolo a desarrollar estrés crónico, lo cual como consecuencia desarrollara problemas graves de comportamiento como conductas destructivas, ansiedad, miedo, inseguridad, eliminaciones inadecuadas, vocalizaciones excesivas, obesidad, cambios de temperamento, dependencia emocional, hiperapego hasta conductas agresivas. De aquí emerge otro contexto erróneo; y es atribuirles a los animales emociones complejas de venganza, envidia o arrepentimiento, relacionadas con las conductas destructivas por dejarlos solos; dichas capacidades psíquicas son típicas de la especie humana, no de los animales, y además creer que nuestras mascotas las manifiestan solo provoca que ignoraremos los motivos reales por los cuales el animal está manifestando comportamientos anormales. Sin embargo, el hecho de que amemos a nuestras mascotas desde nuestra percepción humana no es mala, nuestro vínculo y relación con los animales cambió y aunque no son hijos en el sentido de que somos especies diferentes con características y necesidades diferentes; no es negativo brindarles todo nuestro afecto, cariño y cuidados; siempre y cuando respetemos esas diferencias entre especies; personas y mascotas podemos compartir muchísimas actividades juntos: jugar, acariciar, caminar, correr, nadar, explorar bosques, escalar montañas, acompañar, etc. Pero cada especie expresará sus comportamientos de maneras diferentes y de acuerdo a su naturaleza biológica. Por tal motivo, debemos asegurarnos de que nuestros peludos obtengan lo necesario para poder expresar sus conductas naturales, manteniendo el equilibrio entre sus instintos y comportamientos como especie y los límites para una sana convivencia en el hogar. De lo contrario, podemos provocar en nuestros peludos problemas físicos y emocionales que lo pueden enfermar y alterar mentalmente.
Como sabemos la convivencia con animales de compañía es una experiencia maravillosa, estos seres nos brindan infinitos beneficios en nuestra salud física y mental; es por ello que si realmente los amamos debemos construir relaciones sanas y el principio de ello se basa en el respeto y una buena comunicación, para ello es clave reconocerlos como especie distinta a la nuestra, así como conocer y aprender bien cuáles son sus necesidades o requerimientos. De esta manera mantendremos una convivencia armoniosa y benéfica para ambas partes con vínculos sanos y poderosos. Es nuestra responsabilidad, comprender y transmitir a nuestras familias que un animal es un ser especial, y que es elemental permitirle expresar sus conductas naturales como pueden ser: olfatear, correr, explorar, ensuciarse, socializar, nadar, jugar, cazar, acechar, perseguir, excavar, pastorear, morder, etc. Y que no debemos forzarlos continuamente a actividades que no hacen parte de su naturaleza como: disfrazarlos, vestirlos, cargarlos en brazos o en coches, etc.
Brindemos rutinas apropiadas según su especie, recreemos en la medida de lo posible los ambientes y entornos que necesitan para sentirse cómodos y felices, así mismo estudiemos que tipo de actividades requieren para equilibrar su salud mental y física, y sobre todo entendamos que tratar como un humano a nuestras mascotas puede ocasionarles un grave daño, pues ellos poseen sus propias formas de comunicación, organización social y reglas de convivencia, que si se alteran pueden afectar su desarrollo como especie. Recuerda, ellos son maravillosos por ser como son, no permitas que pierdan su esencia ni su identidad, dejarlos ser permitirá que sean muy felices y así le demuestras cuanto lo amas.
Apóyate en las esencias florales como una forma de retribuir toda la alegría que tu peludo te brinda y así mismo de demostrarle cuanto le amas, con nuestra mezcla floral, amor incondicional, llegas directo al corazón de tu mascota, es una gran opción para transmitirle todo tu afecto y fortalecer el vínculo. Esta mezcla es percibida en nuestros peludos como un gran abrazo. Ideal en aquellos momentos en que deseamos consentirlos, por ejemplo, a través de un relajante masaje colocamos 2 gotas en nuestras manos y los acariciamos donde más les gusta. Esta es una manera positiva de comunicarles cuanto los queremos.