Podríamos decir, que los niños, como son niños, no tienen preocupación alguna a diferencia de los adultos que tienen responsabilidades que los pueden llevar a un estado de estrés crónico, sin embargo el estrés que sufren los niños afecta su calidad de vida y su proceso de crecimiento.
En muchas ocasiones, las fuentes de estrés en los niños proviene de la familia, los amigos o la escuela, pero especialmente de los padres que se encuentran en constante relación con los menores, la situación más estresante para ellos radica en la separación momentánea o definitiva de sus progenitores.
Asimismo, el estrés en los niños puede ser originado en gran parte a las labores asignadas por los padres o, actividades escolares que hacen que los niños se mantengan ocupados hasta tal punto que estos se quejen por la carga ‘laboral’ que poseen, sin que tengan la oportunidad de divertirse y ser lo que son, niños.
Así pues, el estrés en los niños no solo afectará su calidad de vida, sino también el proceso de crecimiento ya que en los entornos que habita pueden ser perjudiciales, puesto que contantemente están escuchando de sus padres, discusiones, problemas de trabajo, problemas económicos, entre otros.
La tecnología y los niños
Poner a los menores al cuidado de la televisión puede ser un arma de doble filo para ellos, ya que muchas veces dejamos a los niños solos y ellos pueden encontrar en la tv programas que contengan imágenes perturbadoras para los niños, poniendo a estos, en situaciones de estrés impredecibles donde hay imágenes de violencia, noticias del mundo y dibujos animados inapropiados para ellos.
Detectando el estrés
No es fácil reconocer la sintomatología del estrés en niños, pero los cambios de conducta, humor, mojar la cama o alteraciones en el patrón del sueño; son señales de alerta que se deben tener en cuenta para saber si nuestro hijo, está pasando por una enfermedad como el estrés.
Finalmente, es importante recordar que no siempre el estrés en niños es sinónimo de que todo está mal, al contrario, también existe cierto nivel de estrés en niños que es bueno que ellos sientan pero que si no es adecuadamente controlado por los padres afectará de manera permanente su desarrollo personal.