En la vida hay muchos hechos que marcan la existencia de las personas, algunos buenos, otros malos y unos que otros difíciles. Sin embargo, habrá algunos que necesitan ser sanados por el tiempo y otros que se deben perdonar.
Siempre que se piensa en la palabra perdón, no significa que este sea un sinónimo de olvidar aquellos actos o acciones que invaden el equilibrio emocional y físico de las personas; pues perdonar, es una acción que se debe dar desde lo más profundo del corazón sin ningún tipo de interés o pretensión.
A nivel cognitivo, resulta complicado que una persona logre sentir que debe perdonar, pues a quien lo necesita se le viene a la cabeza estados de odio, tristeza o rabia de los hechos, creando confusión y logrando un distanciamiento con los responsables de cada acción.
Bíblicamente el perdón es una acción de disculpas a quien ha ofendido con hechos hirientes y son hechos que se deben dejar pasar; Jesús enseñó esta palabra para perdonar los pecados de los hombres en la tierra y dejar como huella que el perdón se basa en el amor sincero, pues cuando hay amor en las personas no existe lugar para el rencor.
Está comprobado que las emociones negativas afectan a las personas a nivel físico y emocional y cuando una persona no ha accedido a perdonar, su salud se verá implícita con enfermedades como la depresión, el estrés y algunas enfermedades cardíacas. El no darse el espacio para perdonar, logrará que los individuos se llenen de rencor y la persona padezca de enfermedades gastrointestinales, estrés o enfermedades emocionales.
¿Cómo adquirir la cualidad del perdón?
Muchas veces se suele escuchar de conocidos palabras como “yo no perdono porque esa persona me hizo mucho daño”, “yo no perdono porque cada vez que hablamos recuerdo lo mal que la pasé con esa persona” y así muchas más excusas buscándole un por qué a cada acción.
Como hemos mencionado antes, perdonar debe ser algo natural y de tiempo consigo mismos. Sin embargo, usted puede seguir estos consejos para adquirir esta cualidad:
Ser razonables:
Se debe ser razonable con la otra persona, si hay un “problema” que no implique mayor importancia, es mejor no darle alargue a esa situación y terminarla de inmediato. De la otra persona dependerá si quiere continuar con el conflicto, lo importante es que usted se sienta liberado o liberada.
Reconocer:
Siempre es importante que ambas partes reconozcan sus errores, ya que se está haciendo un balance de las cosas buenas y malas y el por qué llegaron a esas circunstancias, cuando se reconoce esto de los implicados, el perdón llegará de una forma natural y adecuada.
Perdonar más no olvidar:
Perdonar no es olvidar las acciones cometidas, perdonar consiste en armarse de un corazón noble y aprender de esas personas para no volver a recaer en errores cometidos.
No ofenderse:
Muchas veces ofenderse por cualquier cosa es fácil, pero se debe hacer un filtro de las cosas negativas que se dicen o se hacen, y no dejarse llevar por aquello que afecta la armonía personal.
Dese el espacio para perdonar:
Cuando usted o la otra persona busca perdonar, está abriendo la puerta de la reconciliación, pues esto le ayudará no solo a tener buenas relaciones interpersonales, sino también a disminuir el estrés, la ansiedad y le ayudará a liberar esa opresión en el pecho.
Recuerde:
Que para perdonar se debe perdonar uno mismo y luego a la otra persona, el bienestar se encuentra en equilibrio de las cosas.
- Perdone de corazón a familiares y amigos que han hecho de ese momento una circunstancia difícil.
- Perdonar libera emocional y físicamente.
- Perdonar vuelve a las personas sabias y conscientes de sus actos.
- Si considera que si realmente no puede perdonar a la persona físicamente, especialistas recomiendan como forma de terapia, escribir todo lo que le diría a esa persona directamente, pues se considera una forma de liberar el alma. Muy recomendado para quienes han sufrido abusos, víctimas de conflicto armado o familiares ausentes.