Al igual que todas las enfermedades, el diagnóstico de cáncer es un estado emocional y físico que las personas que lo padecen deben afrontar, y sin embargo debemos ver la enfermedad como una maestra y no como un castigo.
Hay que considerar el cáncer como una manera de ver la vida, porque cambian las rutinas, los hábitos y demás actividades, el rigor con que se hacen las cosas ya no es el mismo, el cansancio es más notorio y la alimentación debe variar, pero no hay que bajar la guardia y debes mantenerte en un estado de alerta amarilla.
Cuando las personas se enfrentan a un diagnóstico como el de esta enfermedad, siempre habrá sentimientos de tristeza, enojo y alguna que otra pregunta sin resolver.
¿Pero cómo afrontarlo?
Para empezar, cuando una persona es diagnosticada con cáncer, lo más importante que debe hacer es contárselo a sus familiares y amigos más cercanos, puede ser difícil, pero tener una buena comunicación desde el principio ayudará a afrontar el diagnóstico entre ambos.
Siempre teniendo en cuenta, cuánta información deseas compartir, si la enfermedad es callada por la persona que lo padece, emocionalmente aquellos sentimientos negativos seguirán contribuyendo a que la enfermedad continúe su proceso en el organismo.
Cuando hables con tus familiares, intenta hablar en positivo, comentándoles que te estás haciendo los exámenes y procedimientos necesarios para entender tú enfermedad, crearás en ellos la seguridad de que tu diagnóstico está siendo tratado.
Así mismo, plantéate una serie de posibles preguntas que te pueden hacer tus conocidos y considera la mejor respuesta para hacer un alto en la comunicación y no hacer del momento, algo incómodo para los dos.
Descarga las emociones negativas
Como venimos mencionando, mantener una buena comunicación en el diagnostico ayudará a hacer de la enfermedad un paseo más ligero; pues descargando las emociones negativas como la tristeza, la ansiedad y el enojo con personas cercanas o grupos de apoyo que estén dispuestos a escucharte, contribuirá a sentirte libre por el momento que estás pasando.
Usa las esencias florales para el proceso de cáncer
Una manera de ayudar a las emociones que están en juego con la enfermedad, es por medio de esencias florales, es decir la terapia floral de Bach. Es importante destacar que las esencias florales son un complemento del tratamiento y nos son un medicamento, por lo que es necesario que continúes el tratamiento indicado para el diagnóstico de cáncer.
Tras conocer el resultado de cáncer, puedes consumir la esencia sauce, ésta esencia ayuda a superar la amargura y el resentimiento, trayendo paz interior ante las adversidades de la enfermedad.
De igual forma puedes pasar por una depresión reactiva, es decir una depresión de origen conocido. En este caso, se puede mezclar la esencia floral de alerce, ayuda tener más confianza en sí mismos; genciana, para aquellos bajonazos depresivos sin razón, aulaga para mantener la fe en una pronta recuperación, olivo para recuperarse de los sufrimientos severos o extremos, pino para aquellos que se sienten culpables o hay exceso de culpa por lo que están pasando y Mimulo para el miedo que produce pasar por este proceso.
La combinación de estas esencias no siempre aplica para todos los pacientes o casos, por lo que recomendamos acudir a uno de nuestros expertos y ellos te guiarán con la mezcla más indicada de acuerdo a los síntomas.
Sanate del cáncer
Todo tipo de cáncer es curable si se es diagnosticado a tiempo, recuerda en muchas ocasiones el origen del cáncer es debido a las emociones negativas que habitan en nuestro organismo ya sea por odio, estrés resentimiento, rabia, ansiedad; provocando un estallido y desencadenando una serie de enfermedades que pueden volverse crónicas, afectado el bienestar y equilibrio emocional.
En resumen: recuerda soltar todas aquellas emociones que te hacen daño, mantén una buena comunicación con amigos y familiares hablando de tú enfermedad de la manera que mejor creas, y ayúdate con las esencias florales como un complemento del proceso y obtener una pronta recuperación. No bajes la guardia y siempre mantente alerta a cualquier signo de alarma que involucre tu salud, acudiendo con tú médico de confianza.