Las esencias florales pueden trabajar en nuestros hijos, ayudándolos a conseguir la armonía que necesitan. Ya que acompañando su buen crecimiento, podremos ayudarlo a desarrollar todos los dones y talentos que tiene para ofrecer al mundo. La terapia floral apoya los cambios naturales que se presentan en la vida de todos y a medida que vamos envejeciendo podemos asumir los retos que la vida nos presenta de una manera equilibrada.
Recién nacido
El nacimiento es un acontecimiento complejo tanto para la madre como el bebé, cuando empezamos a trabajar la terapia floral en recién nacidos, lo hacemos a través de la madre y ella lo transmite a su bebé tomando ella directamente las esencias florales. También podemos atomizar la mezcla floral antes de acostarlo en su cuna, en el momento del baño, diluyéndolas en el agua, o en un masaje corporal, junto con la crema humectante.
Para esta etapa existe una mezcla floral, pensada para trabajar el proceso y el cambio por el que pasarán la mamá y su bebé, el pequeño pasa de estar en el vientre materno donde no le falta nada a la adaptación al mundo, en donde debe comenzar a hacer las cosas por sí solo.
Estrella de Belén
Es la flor ideal para después de un parto, porque equilibra y evita bloqueos emocionales.
Mímulo
Para el temor de lo que pasará después.
Nogal
Para la adaptación al cambio y para aceptar la nueva situación.
Es importante entender que para el bebé hay un miedo primario, que es de supervivencia que es natural, pero hay un miedo secundario que es aprendido, los niños aprenden el miedo de la madre. Por esto la terapia floral ayuda a equilibrar cualquier estado emocional que en esta etapa surja como apoyo a un mejor desarrollo.
Los primeros años
Lo más importante para unos padres es generar una buena comunicación con su bebé, acción que el Dr. Santiago Rojas llama “una buena sincronización entre sus padres”. Es ideal que esta mezcla floral la tome en los primeros años para una buena sincronización o conexión con sus padres.
Girasol:
Para empezar a forjar una buena relación con el padre.
Lirio mariposa:
Fortalece su vínculo con la madre.
Scleranthus:
Sincroniza a los niños con los ciclos y ritmos de la vida.
El Doctor Rojas recomienda tomar esta mezcla 4 gotas de 4 veces al día diluida en agua en cualquier etapa de la niñez. Si es muy pequeño puedes aplicarle las goticas en su ombligo, recordemos que el ombligo fue el punto de conciencia y de contacto con la vida.
Los niños siempre quieren aprender, sin embargo, muchas veces nosotros en lugar de enseñarles, impedimos que ellos aprendan. Esto debido a que los controlamos y los condicionamos. Los niños aprenden por propia motivación y por observación. Así qué hay que estar atentos al ejemplo que queremos sembrar en ellos.
Estar dispuestos a aprender es fundamental para la vida, si les permitimos que desarrollen esa capacidad de estar más perceptivos y más atentos, los niños lograrán mejorar su habilidades y encontrar su propósito.
La mezcla ideal para la pre-adolescencia:
- Zinia: Es la flor para desarrollar el juego, también sirve para los padres, para que se conecten con su niño interior.
- Mimosa: Es una flor para que el niño tenga autoestima, les ayudará a tener claro hasta dónde pueden llegar, a no compararse con los demás y hacer que las cosas pasen.
- Maíz: Para que se conecten con la tierra.
- Lirio: Es la flor de la creatividad, le ayudará a desarrollar su creatividad.
Hay dos cosas que debemos tener en cuenta, primero como adultos frecuentemente queremos educarlos con teorías e hipótesis que no nos van a entender, debemos tener en cuenta que aparte de decirles cómo deben ser las cosas, debemos enseñarles a través de nuestros actos lo que consideramos el mejor camino. Y segundo, motivarlos a que desarrollen la capacidad de aprendizaje, que descubran la vida a través de la observación, que se cuestionen y así nosotros como adultos podamos ser compañía en su crecimiento y desarrollo.